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Rafael García Romero

Premio Nobel y Literatura Latinoamericana, historia de un libro

Premio Nobel y Literatura Latinoamericana, historia de un libro

Rafael García Romero

Con ese título publiqué en 1983 una obra. Desde el primer día me di cuenta que era un libro que estaba incompleto. Tenía el compromiso ineludible de volver sobre él y las notas que había dejado en el curso y a todo lo largo de la investigación que levanté. Sobre todo porque el último escritor de Latinoamérica que figura en la obra es Gabriel García Márquez. Había recibido el premio en 1982 y pronunció un singular discurso titulado “La soledad de América Latina”.

En Hispanoamérica tenemos once galardonados con el premio: los españoles José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989); los chilenos Gabriela Mistral (seudónimo de Lucila María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga (1945) y Pablo Neruda (seudónimo de Ricardo Eliécer Neptalí Reyes Basoalto (1971); el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967); el colombiano Gabriel García Márquez (1982); el mexicano Octavio Paz (1990) y el peruano Mario Vargas Llosa (2010), quien pronunció el discurso “Elogio de la lectura y la ficción” en Suecia, el 7 de diciembre de 2010.

Por una coincidencia de la vida, 21 días después, el presidente Leonel Fernández condecoró con la Orden Heráldica de Cristóbal Colón en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata, al escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, durante una ceremonia  hecha el 28 de diciembre en la noche, en el salón de Embajadores del Palacio Nacional.

En mi condición de escritor –o por otra coincidencia de la vida–, recibí una invitación del Ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, para que asistiera a dicho acto; y me planteaba que sería un gran placer poder contar con mi presencia en esta importante ceremonia.

Yo asistí.

El discurso del presidente Leonel Fernández estuvo exquisito. Muy emotivo, lleno de anécdotas; y, sobre todo, tocó la cercanía creativa, emocional y afectiva del autor con la República Dominicana, a través de los años; y de manera particular con la publicación de su novela “La fiesta del chivo”. La cercanía con nuestro país no es un mito. Hay varias menciones incluidas en el discurso que pronunció en la ceremonia de aceptación del Premio Nobel.

El presidente Fernández concluyó sus palabras –un discurso inteligente, ameno, educativo, totalmente improvisado– y en medio de la salva de aplausos, me dije a mí mismo: “Tengo el ineludible compromiso de hacer una nueva edición de mi libro “Premio Nobel y Literatura Latinoamericana”, y lo haré con la conciencia de que estará de nuevo incompleto.

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